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Fashion Revolution Week

El mes de abril es el mes de la moda sostenible. Nosotras, como ya sabéis, somos una tienda de residuo cero y, obviamente, estamos concienciadas y preocupadas por la repercusión de nuestras acciones en el medio ambiente. El sector de la moda, aunque no sea el que trabajamos directamente, también nos concierne en tanto al impacto brutal que tiene en nuestro entorno. ¿Sabías que es la segunda industria más contaminante del planeta?

Pues sí, tristemente es así, ¿pero cómo puede ser? Influyen diferentes factores: la contaminación del agua con los vertidos químicos del tratamiento (lavado, teñido) de las prendas, las emisiones de CO2 en la fabricación y transporte, la contaminación de la tierra en los cultivos intensivos de materias primas, etc…Todo ello se ve amplificado por los volúmenes de ropa que se crean y consumen según la moda establecida o las últimas tendencias. Mucha de esta ropa va a acabar en la basura antes de ser vendida y otra tras unos cuantos usos.

Asirtex es una asociación empresarial que trabaja en España y Portugal y se dedica a la recogida, clasificación, recuperación y reciclaje de materiales textiles para darles una segunda vida. Según sus estudios, en 2018, España exportó 59.725.527 kg de ropa ¿A dónde? ¿Cuál es el destino de la ropa que ya no quiero? Nuestra ropa, lo que ya no queremos y no se puede usar llega a Emiratos Árabes, Pakistán y Togo. Pero, ¿qué pasa con todos los tejidos no aprovechables como ropa?

Se estima que cada persona desecha al año 12kg de ropa, ¡12 kg por persona!, con todo lo que esto supone. ¿Puedo yo (como persona) cambiar algo de este sistema tan enorme y cerrado? ¿Cómo puedo no contribuir a la perpetuación de este modelo de consumo? Como siempre decimos, votamos cada día con cada euro que gastamos, por eso debemos saber muy bien adónde va a parar nuestro voto y por ende nuestro dinero.

Esta semana es la #fashionrevolutionweek. Es el momento en el que mostramos, más aun, nuestro descontento con el fenómeno de la moda cambiante actual. Nos cuestionamos y dedicamos más tiempo a pensar en el origen de nuestra ropa, con qué está fabricada, dónde, cuándo, cómo, si tiene un precio adecuado, etc…A pesar de nuestro actual ritmo de vida, cada vez nos paramos más a pensar y a investigar sobre nuestras decisiones de consumo, replanteándonos las opciones preestablecidas y consumiendo de manera más consciente.

¿Sabéis porqué la Fashion Revolution Week, o Semana de la Revolución de la Moda, se celebra en esta fecha? Solo tenemos que retroceder a 2013, el 24 de abril para ser exact@s. Ese día murieron al menos 1127 personas en el colapso de un edificio de ocho plantas en Daca, Bangladés, y otras 2437 resultaron heridas. El colapso se produjo porque se obviaron las advertencias tras la detección de unas enormes grietas en la estructura de este edificio. ¿En qué condiciones trabajan estas personas? ¿Es la vida menos importante que la producción en masa de ropa? Una cosa es que allí se produzca por poco dinero y otra que se haga a cambio de sangre.

Deberíamos hacer un ejercicio de sinceridad con nosotr@s mism@s. Observar nuestros armarios, nuestro estilo de ropa, nuestros gustos y nuestras necesidades. ¿Cuánta ropa necesitamos para cada temporada? (otoño, invierno, primavera, verano). ¿Por qué tenemos que tener ropa para cada temporada?, la diferencia entre primavera y otoño es cromática, ¿en primavera colores vivos, en otoño marrones y grises?, ¿quién ha dicho eso? Para nosotras la primavera es verano con una rebequita o invierno sin abrigo. A la hora de ir a comprar preguntarnos ¿lo necesito?, ¿me lo voy a poner?, ¿tengo con qué, o también tendré que buscarle la otra mitad al conjunto? Sed crític@s con la compra. A la hora de realizar las compras buscad sitios afines a tus convicciones e ideales. Obtened prendas de buena calidad, que podamos saber de dónde proceden, cómo han sido fabricadas y, sobretodo, que sean versátiles y útiles. Pero, ¡esa ropa es muy cara! Depende de lo ojos con los que se mire, como dice una chica en el documental The True Cost, “invertimos en comida ecológica para no ingerir pesticidas y químicos, pero no hacemos lo mismo con el órgano más grande de nuestro cuerpo, nuestra piel”. Si una prenda de ropa es muy barata, quizá deberíamos preguntarnos por qué es tan barata y qué hay detrás de eso.

Detrás de eso hay, mano de obra muy barata, escasos o ausentes derechos laborales, exenciones fiscales, laxas regulaciones medioambientales, manipulatorias campañas de marketing creando falsas necesidades, mucho greenwashing, etc.

Tod@s sabemos el dicho de que “lo barato sale caro”, un producto que ha sido insultantemente barato nos va a durar dos días, y aquí hablamos de calidad, no de marca, una cosa es pagar más por la calidad del producto y por sus características socioambientales y otras pagar más por llevar impreso un logotipo, aproximaciones muy diferentes.

¡Qué difícil! ¿Entonces no compramos ropa? (eso sería casi lo ideal, comprar lo necesario, lo verdaderamente necesario) ¿Cómo podemos saber todo lo que hay detrás del precio de cada prenda? No es fácil, requiere tiempo y ganas. Afortunadamente, hoy en día, con internet, podemos acceder a muchísima información. Quizás al principio requiera una pequeña inversión de tiempo, pero después esa información quedará implícita en tu comportamiento. Algo parecido sucedió con el movimiento “Realfooding”, las emergentes intolerancias y alergias alimenticias y la alimentación vegana y vegetariana. Antes no se leían las etiquetas de los productos de alimentación, no nos importaban sus ingredientes o sus aditivos, ahora es raro que no le echemos un vistazo. Sí, nos costó un valioso tiempo delante de la balda de salsas de tomate, pero ahora sabes cuál es la tuya y porqué. Es un nuevo hábito maravilloso que podemos incorporar.

Pequeños detalles marcan grandes diferencias. ¿Cuántas veces nos han regalado ropa que no nos gustaba y ha dado vueltas hasta acabar en la basura o, con suerte, ha cambiado de manos? ¡Con la etiqueta puesta! Pensemos las veces que nosotr@s hemos hecho lo mismo sin ser conscientes. También podemos cuestionarnos como consumidor@s de ropa, ¿por qué todo ha de ser nuevo, de primera mano?, ¿regalar de segunda mano no es lícito?, ¿seis prendas en un regalo son mejor que una? Además, podemos usar alternativas a la mera compra y montar intercambios con nuestr@s amig@s o simplemente regalarla si sabemos que se va a usar o, mejor aún, intentar hacerla nosotr@as mism@s.

Nosotras, desde la tienda, organizamos intercambios de ropa cada cambio de estación. La intención es doble, por un lado queremos darle movimiento a la ropa y facilitar que podamos cambiarla con otras personas y por otro es poner en contacto a personas con las mismas inquietudes y que de allí salga una red más amplia de personas afines, que creemos una comunidad. Existen otras asociaciones o grupos que también lo hacen de manera periódica, dos ejemplos son Fridays for Future o La Trompeta Verde. Si esta opción no nos apetece, siempre podemos donar la ropa a tiendas de segunda mano, como, por ejemplo, Piel de Mariposa, o asociaciones, amig@s, vecin@s, familiares…

En el caso de que la ropa ya no esté en condiciones para ser usada, no hay por qué tirarla al contenedor de restos, es más, debemos evitarlo. Podemos ponernos manos a la obra en casa y hacer nuestras propias talegas, bolsos, trapos, e infinitas opciones. Hay tutoriales de todo hoy en día en internet y cada vez cursos de costura en tu ciudad, podemos dar rienda suelta a nuestra imaginación y crear lo que deseemos. No inventamos nada, esto ya lo hacían nuestras abuelas.

Si no tenemos tiempo, podemos dejarla en contenedores de textil, están repartidos por todas las ciudades. En ellos clasifican la ropa y la que no está en buen estado la procesan para darle uso convirtiéndolas en aislantes, moquetas, y distintos materiales, aunque la gran mayoría acaba siendo exportada como hemos visto antes.

Siempre es buen momento para salirse del sistema, de las estadísticas, ¿reducimos nuestros 12 kg de ropa desechada al año?, ¡vamos a intentarlo! Es un proceso, es un hábito, es más sencillo de lo que parece y una vez empiezas sale de manera natural, es bello ser consciente y contribuir.

Para más información sobre el tema, es recomendable el documental The True Cost, una apuesta por la reflexión individual sobre nuestro papel como consumidor@s conscientes de la realidad completa del proceso de producción textil. No es posible ser perfect@, pero es maravilloso tener acceso a las herramientas para mejorar un poco cada día.

¿Quieres saber más? Pregúntale a las marcas, ¿dónde fabricas?¿qué materiales usas?¿de dónde proceden?¿tenéis sistema de reciclado de vuestras prendas? ¿qué salario cobran vuestros empleados, y vuestros proveedores? ¿lleváis a cabo algún proyecto social o ambiental? Pregunta, hazles ser claros, haz que se replanteen sus principios, creemos un nuevo sistema.

No dudéis en comentarnos todo lo que deseéis, siempre estamos abiertas al diálogo y al aprendizaje.

Gracias por leernos, esperamos que os haya resultado útil. =)

Algunas marcas sostenibles:

Páginas que aconsejan y hacer labor de información importante:

Documentales que marcarán un antes y un después:

  • “Mares Limpios, Moda Sostenible” BSearcular
  • “The true cost” Andrew Morgan
  • “River Blue” David Mcllvride & Roger Williams
  • “Machines” Rahul Jain
  • “Sweat shop: Deadly fashion” Joakim Kleven
  • “La dura industria textil en Bangladés” Lethal Crysis.

Podcast que marcarán un antes y un después:

  • Slow Fashion Life
  • Pienso luego actúo
  • Textilianas, tertulias de moda
  • Conscious Chatter
  • Wardrobe Crisis

Libros que marcarán un antes y un después:

  • Fashionopolis. Dana Thomas (2019)
  • Moda ética para un futuro sostenible. Elena Salcedo (2014)
  • The sustainable Fashion Book. Sandy Black (2013)
  • Guía para vestir sin trabajo esclavo. Federación SETEM (2013)
  • Wardrobe Crisis. Clare Press (2016)
  • Tu consumo puede cambiar el mundo. Brenda Chávez (2017)
  • De la cuna a la cuna. Michael Braungart & William McDonough (2002)
  • Let my people go surfing. Yvon Chouinard (2005)
  • Slave to fashion. Safia Minney (2014)
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