


Mi nombre es Sonia, ambientóloga de profesión, murcielalogóloga (si es que eso existe) de vocación y “mu ecologista desde chiquenina», o eso es lo que os respondería mi familia si le preguntáis. Y no es precisamente ecologismo lo que me caracteriza, o sí, porqué no, yo creo que va más allá, es empatía con la madre Tierra, es preocupación porque todo viene de algún sitio y va a algún sitio, porque todo tiene un coste, porque comprar mil cosas no es necesario, porque tirar las cosas da pena, porque quien hay detrás de lo que tenemos sí que es importante.
PD. Lo de “chiquenina” es más de mi abuela y me encanta.
El equipo también lo forman Dami y Mexe, sin ellas nada sería posible.
Mexe es de Sevilla, traductora de formación. Le encantan los idiomas, viajar, la naturaleza, cocinar, y pasar tiempo en la mejor compañía: las palomas lisiadas que rescata de la calle. Está a tope con las 3 R (Reducir/Reutilizar/Reciclar) y la vida residuo cero. Siempre está dispuesta a echar una mano y eso se valora muchísimo hoy en día.
A Dami le encantan las manualidades y la creatividad en todas sus facetas, por eso se decidió a ser madre de Ariel: la mejor de todas sus creaciones. Tiene mucha experiencia como dependienta, pero nunca había trabajado en un proyecto tan original como El Jarrillo Lata, donde aprende cada día cómo poner su granito de arena para dejarle a su pequeña un futuro más sostenible. Nuestro espacio no sería lo mismo sin sus cartelitos.
Más que una tienda,
un proyecto de vida.
Este proyecto surge de la inquietud de que cualquier acto, por muy pequeño que sea, es importante y si nos quedamos de brazos cruzados esperando que alguien más lo haga es lo mismo que seguir quejándonos en lugar de actuar.
Y así es como comienza la gran aventura del vivir y de El Jarrillo Lata, ¿te unes?